La cuna del alpinismo

El invierno ha tocado a su fin, pero no por ello debemos guardar todo nuestro material de alpinismo en el armario. Alpinismo suena a nieve, hielo, frío, largas jornadas y madrugones a horas inhóspitas. No os diré que en parte todo ello no es cierto, pero la recompensa siempre supera el esfuerzo invertido.

Mi nombre es Pablo Ruiz y pertenezco desde hace tiempo al equipo de +8000. Trabajo como guía de Alta Montaña en los Alpes tanto en invierno como en verano. Es en la época estival cuando muchas personas se ponen en mis manos para disfrutar de estos increíbles lugares y poder cumplir sus sueños y objetivos. Por todo ello volvemos a vestirnos con ropa de abrigo, calzarnos los crampones y continuar con las actividades que en España sólo podemos realizar durante el invierno.

Mi campo base es Chamonix, un lugar con infinitud de posibilidades para todos los niveles. Allí podemos elegir entre cómodas aproximaciones con la ayuda de teleféricos o perdernos en lugares remotos donde posiblemente no veamos a nadie en todo el día.

¿Y qué tiene aquello que tanto engancha a todo el que lo visita? Es algo difícil de responder pero fácil de entender cuando lo pruebas por ti mismo. Si la montaña es tu pasión, esta es una de las mecas mundiales a donde debes ir en algún momento. Ascender montañas de 4000 metros son actividades que pasan a ser parte del día a día. Tenemos el Mont Blanc, el más codiciado de todos por ser el más alto; pero no por ellos mejor que los tantos otros cuatromiles que existen en las cercanías. Las rutas normales de todas estas cumbres son el camino más sencillo y lógico para ascenderlas y hace que sean las más transitadas. Aún así no debemos infravalorarlas, pues todas ellas requieren de un buen estado de forma y cierta destreza técnica.

También hay cabida para los alpinistas con cierta experiencia, pues todas esas montañas cuentan con otras tantas rutas de diferentes dificultades. Algunas de ellas se escalan en invierno buscando las líneas que forma el hielo a lo largo de la pared. En verano, cuando el hielo escasea, optamos por aquellas que recorren aristas de roca o nieve, transitando por lugares que parecieran haber sido sacados de una postal.

Verano no significa sol y buen tiempo. Debemos recordar que estamos en alta montaña y la meteorología puede cambiar repentinamente e incluso nevar, lo que es algo bastante habitual allá arriba. Razón de peso para llevar una vestimenta adecuada como la que nos brinda +8000. Por ello una capa exterior como la chaqueta Anapurna es más que obligada en nuestra mochila para protegernos de la lluvia, nieve o viento. Para el frío, prendas de pluma o sintéticas como las chaquetas Tibetan o Carranza nos darán el aporte térmico que necesitamos. Y como primeras capas, una camiseta térmica como la Cortona, bajo una sudadera Potosi o Petroso nos proporcionarán la comodidad y calidez que vamos a necesitar.

Espero que os hayan despertado las ganas por vivir experiencias tan gratificantes como las que yo tengo la suerte de vivir. Animaros a conocer este maravilloso lugar de la mano de profesionales de la montaña que os aporten seguridad y experiencia necesaria. ¡Nos vemos en las montañas!

Pablo Ruiz Seco

Guía de Alta Montaña UIAGM/IFMGA

www.summamountainguides.com